LXX aniversario y la significatividad de sus accesos

Foto de 24 de noviembre de 2017

Los accesos iniciales son parte importante del Recinto Monumental, pues le dan todo su sentido en la fe, la espiritualidad y la religiosidad: El jardín con las capillas de los misterios del Santo Rosario, el víacrucis alrededor de la Casa de Ejercicios y el pórtico que, por el lado exterior, muestra las imágenes las imágenes de San Pedro y San Pablo, indicando que todo ello a quien lleva es a Cristo, al Amor de Dios que nos acoge con los brazos abiertos.

Indicar que el acceso actual es la calle San Enrique de Ossó, atravesando las puertas desde la calle Mayor de San Juan de Aznalfarache, para dar al pórtico de San Pedro y San Pablo. Los otros accesos iniciales sólo se pueden usar previo permiso desde la Casa Diocesana de Ejercicios Betania.

El Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús fue construido por expreso deseo del cardenal D. Pedro Segura y Sáenz, quien estuvo revisando la marcha de las obras a diario, y las instalaciones fueron inauguradas oficialmente el 10 de octubre de 1948, para acoger al peregrino, a toda aquella persona que quisiera acercarse a Cristo, por la advocación a la que está consagrada España, y de la que era muy devoto este cardenal: el Sagrado Corazón de Jesús.

El Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús no es un mero mirador, no es un lugar turístico o cultural, sino que es un templo a cielo abierto, como demuestra que la imagen de Jesucristo, con los brazos abiertos, esté en el centro y en lo más alto; estando debajo una capilla con la capacidad de acoger al Santísimo Sacramento y como indican sus principales accesos: un jardín con las capillas de los misterios del Rosario (no actualizado, porque San Juan Pablo II añadió uno más); un vía crucis entorno a Betania, que comienza en el Huerto de los Olivos y va mostrando cómo lo vivió Jesucristo; y la puerta que presiden, por un lado, San Pedro y San Pablo, y la Virgen de los Reyes. Y también lo confirman los diversos enterramientos (no sólo del cardenal Segura y familiares, sino de quienes colaboraron en su construcción y aportan en el presente para para su mantenimiento), que tiene debajo. Este lugar es un recinto sagrado para la espiritualidad, para la evangelización, la profundización de la fe, para el encuentro con Cristo, como así lo vivimos los católicos que le damos vida.