Foto de 31 de mayo de 2018 |
Ha querido Dios (no estaba calculado) que, en este día, lunes 24 de septiembre de 2018, en que estamos conmemorando el LXX aniversario de la inauguración oficial del Recinto Monumental al Sagrado Corazón, coincida hablar del Seminario Menor, con que hoy sea su séptimo aniversario, pues otro 24 de septiembre, pero de 2011, fue la gran celebración eucarística y bendición inaugural del nuevo Seminario Menor de Sevilla, en San Juan de Aznalfarache, junto a este Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, como muestra la primera foto que compartimos a continuación en esta pequeña fotogalería. El resto de imágenes son una pequeña representación de su actividad en estos siete años.
Que Dios siga bendiciendo con mucha fuerza a la comunidad que forman los sacerdotes, los seminaristas menores y el resto de personas que les acompañan, para la formación integral de aquellos jóvenes.
Su nombre completo es Seminario Menor Nuestra Señora del Buen Aire y San Isidoro de Sevilla.
Además, como noticia más reciente, destacamos que dos seminaristas menores de la primera promoción, este sábado 22 de septiembre, han sido ordenados como diáconos y, Dios mediante, en el próximo año serán sacerdotes. ¡¡¡Felicidades!!!
Más información:
http://www.seminariodesevilla.com/seminario-menor/
El
Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús fue construido por expreso deseo
del cardenal D. Pedro Segura y Sáenz, quien estuvo revisando la marcha de las
obras a diario, y las instalaciones fueron inauguradas oficialmente el 10 de
octubre de 1948, para acoger al peregrino, a toda aquella persona que quisiera
acercarse a Cristo, por la advocación a la que está consagrada España, y de la
que era muy devoto este cardenal: el Sagrado Corazón de Jesús.
El
Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús no es un mero mirador, no es un
lugar turístico o cultural, sino que es un templo a cielo abierto, como demuestra
que la imagen de Jesucristo, con los brazos abiertos, esté en el centro y en lo
más alto; estando debajo una capilla con la capacidad de acoger al Santísimo
Sacramento y como indican sus principales accesos: un jardín con las capillas
de los misterios del Rosario (no actualizado, porque San Juan Pablo II añadió
uno más); un vía crucis entorno a Betania, que comienza en el Huerto de los
Olivos y va mostrando cómo lo vivió Jesucristo; y la puerta que presiden, por
un lado, San Pedro y San Pablo, y la Virgen de los Reyes. Y también lo
confirman los diversos enterramientos (no sólo del cardenal Segura y
familiares, sino de quienes colaboraron en su construcción y aportan en el
presente para para su mantenimiento), que tiene debajo. Este lugar es un recinto
sagrado para la espiritualidad, para la evangelización, la profundización de la
fe, para el encuentro con Cristo, como así lo vivimos los católicos que le
damos vida.