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Foto de 15 de junio de 2017 |
Todo
el conjunto tiene un gran sentido religioso, para la fe y para la
espiritualidad, comenzando por lo más alto y llamativo, que es la imagen de
Cristo, a unos 40 metros de altura, con unos brazos abiertos, dispuesto a
acoger a todo al que quiera acercarse a Él. Y además, muestra que todo el
conjunto es signo de vida (Él es Camino, Verdad y Vida), frente a quienes
describen este lugar sólo por sus connotaciones funerarias.
El
Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús fue construido por expreso deseo
del cardenal D. Pedro Segura y Sáenz, quien estuvo revisando la marcha de las
obras a diario, y las instalaciones fueron inauguradas oficialmente el 10 de
octubre de 1948, para acoger al peregrino, a toda aquella persona que quisiera
acercarse a Cristo, por la advocación a la que está consagrada España, y de la
que era muy devoto este cardenal: el Sagrado Corazón de Jesús.
El Recinto Monumental al
Sagrado Corazón de Jesús no es un mero mirador, no es un lugar turístico o
cultural, sino que es un templo a cielo abierto, como demuestra que la imagen
de Jesucristo, con los brazos abiertos, esté en el centro y en lo más alto;
estando debajo una capilla con la capacidad de acoger al Santísimo Sacramento y
como indican sus principales accesos: un jardín con las capillas de los
misterios del Rosario (no actualizado, porque San Juan Pablo II añadió uno
más); un vía crucis entorno a Betania, que comienza en el Huerto de los Olivos
y va mostrando cómo lo vivió Jesucristo; y la puerta que presiden, por un lado,
San Pedro y San Pablo, y la Virgen de los Reyes. Y también lo confirman los
diversos enterramientos (no sólo del cardenal Segura y familiares, sino de
quienes colaboraron en su construcción y aportan en el presente para para su
mantenimiento), que tiene debajo. Este lugar es un recinto sagrado para la
espiritualidad, para la evangelización, la profundización de la fe, para el
encuentro con Cristo, como así lo vivimos los católicos que le damos vida.