LXX aniversario y Regina Mundi I

Foto de 22 de junio de 2015

A unas pocas decenas de metros del Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús, dirección noroeste, se encuentra la residencia Regina Mundi; sus instalaciones están a cargo de la Institución Benéfica del Sagrado Corazón de Jesús, religiosas sobre las cuales, exponemos un poco sobre ellas y su carisma:

A los pocos años de consolidarse la Institución Benéfica del Sagrado Corazón de Jesús en Bilbao, una de sus fundadoras, la Madre Rosario Villalonga (nacida en Sevilla el 30 de abril de 1911, aunque su vida transcurre, principalmente, en la ciudad vasca), desea abrir una segunda casa en Sevilla, su ciudad natal, animada por el cardenal Segura.

En 1950, buscando una casa que reúna las condiciones necesarias, Madre Rosario, acompañada de su hermana Carmen y de su prima Amelia Medina Vilallonga, visitan y recorren varios lugares, hasta que en una de las laderas del Cerro de San Juan de Aznalfarache, junto al Monumento de los Sagrados Corazones, encuentran una casa en venta, que desde el primer momento les parece que es la que van buscando: "Villa Alfaro", cuya fecha de construcción, 1911, era el año en que nació Madre Rosario. Pasará a llamarse Regina Mundi.

El 15 de febrero llega la Madre con la hermana María Martínez y la hermana Sabina Zamalloa, llenando de alegría la casa, y el 4 de marzo, el P. Castillo SJ., celebra la primera Eucaristía, quedando el Santísimo en el Sagrario.

Con la casa ya acondicionada, se van acogiendo enfermos y necesitados, los más urgentes. El Cardenal pide que por la proximidad de los colegios no se acojan enfermos tuberculosos. En agosto de 1955, la Madre Teresa llega como superiora a Regina Mundi, dejando un recuerdo inolvidable por su sencillez y entrega a los enfermos.

Carisma de la Institución Benéfica del Sagrado Corazón de Jesús: Vivir de la Divina Providencia, sin pedir, ni tener cuotas, ni subvenciones. "Dejemos al Sagrado Corazón velar por su Casa".
· Espíritu: Confianza sin límites en el Sagrado Corazón, bajo la protección maternal de la Virgen. Vida Eucarística intensa. Adoración, alabanza y acción de gracias a la Santísima Trinidad.
· Finalidad: Acoger a los pobres más desamparados. Los que se sientan en mayor abandono y no tengan cabida en ninguna parte. Instruir a cada uno según sus capacidades. Preparar los corazones para que Cristo viva en ellos.
· Los medios económicos: "Los que tenga a bien enviar el Sagrado Corazón, al escuchar la oración de humildad y confianza que se hará sin interrupción".

Para saber más:



El Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús fue construido por expreso deseo del cardenal D. Pedro Segura y Sáenz, quien estuvo revisando la marcha de las obras a diario, y las instalaciones fueron inauguradas oficialmente el 10 de octubre de 1948, para acoger al peregrino, a toda aquella persona que quisiera acercarse a Cristo, por la advocación a la que está consagrada España, y de la que era muy devoto este cardenal: el Sagrado Corazón de Jesús.

El Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús no es un mero mirador, no es un lugar turístico o cultural, sino que es un templo a cielo abierto, como demuestra que la imagen de Jesucristo, con los brazos abiertos, esté en el centro y en lo más alto; estando debajo una capilla con la capacidad de acoger al Santísimo Sacramento y como indican sus principales accesos: un jardín con las capillas de los misterios del Rosario (no actualizado, porque San Juan Pablo II añadió uno más); un vía crucis entorno a Betania, que comienza en el Huerto de los Olivos y va mostrando cómo lo vivió Jesucristo; y la puerta que presiden, por un lado, San Pedro y San Pablo, y la Virgen de los Reyes. Y también lo confirman los diversos enterramientos (no sólo del cardenal Segura y familiares, sino de quienes colaboraron en su construcción y aportan en el presente para para su mantenimiento), que tiene debajo. Este lugar es un recinto sagrado para la espiritualidad, para la evangelización, la profundización de la fe, para el encuentro con Cristo, como así lo vivimos los católicos que le damos vida.