LXX aniversario y la Casa de Cursillos de Cristiandad III

Foto de 10 de junio de 2018

Un dato curioso es que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad sólo celebraba aquí las actividades propias de los cursillos de cristiandad y los encuentros, pues sus reuniones comunitarias, organizativas, formativas y espirituales las hacía en su sede diocesana, en la calle Segovias de la capital sevillana. Desde el 7 de abril de 2014, antes de terminar la primera gran rehabilitación de esta Casa, junto a este Monumento, la sede de este movimiento diocesano también ha pasado a estar en este mismo lugar. El Arzobispo de Sevilla, Mons. D. Juan José Asenjo Pelegrina, bendijo las instalaciones el 19 de diciembre de 2015.

El Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús fue construido por expreso deseo del cardenal D. Pedro Segura y Sáenz, quien estuvo revisando la marcha de las obras a diario, y las instalaciones fueron inauguradas oficialmente el 10 de octubre de 1948, para acoger al peregrino, a toda aquella persona que quisiera acercarse a Cristo, por la advocación a la que está consagrada España, y de la que era muy devoto este cardenal: el Sagrado Corazón de Jesús.

El Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús no es un mero mirador, no es un lugar turístico o cultural, sino que es un templo a cielo abierto, como demuestra que la imagen de Jesucristo, con los brazos abiertos, esté en el centro y en lo más alto; estando debajo una capilla con la capacidad de acoger al Santísimo Sacramento y como indican sus principales accesos: un jardín con las capillas de los misterios del Rosario (no actualizado, porque San Juan Pablo II añadió uno más); un vía crucis entorno a Betania, que comienza en el Huerto de los Olivos y va mostrando cómo lo vivió Jesucristo; y la puerta que presiden, por un lado, San Pedro y San Pablo, y la Virgen de los Reyes. Y también lo confirman los diversos enterramientos (no sólo del cardenal Segura y familiares, sino de quienes colaboraron en su construcción y aportan en el presente para para su mantenimiento), que tiene debajo. Este lugar es un recinto sagrado para la espiritualidad, para la evangelización, la profundización de la fe, para el encuentro con Cristo, como así lo vivimos los católicos que le damos vida.