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Foto de 5 de junio de 2016 |
El
maravilloso retablo en el presbiterio de la Parroquia de los Sagrados Corazones
está
bien descrito (hacer clic aquí), aunque queremos destacar la imagen de la
Virgen con el Niño en su parte central y que hay una cabeza cortada de San Juan
Bautista, con dos angelitos, sobre el camarín, obra del escultor Agustín Muñoz.
El
Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús fue construido por expreso deseo
del cardenal D. Pedro Segura y Sáenz, quien estuvo revisando la marcha de las
obras a diario, y las instalaciones fueron inauguradas oficialmente el 10 de
octubre de 1948, para acoger al peregrino, a toda aquella persona que quisiera
acercarse a Cristo, por la advocación a la que está consagrada España, y de la
que era muy devoto este cardenal: el Sagrado Corazón de Jesús.
El Recinto Monumental al
Sagrado Corazón de Jesús no es un mero mirador, no es un lugar turístico o
cultural, sino que es un templo a cielo abierto, como demuestra que la imagen
de Jesucristo, con los brazos abiertos, esté en el centro y en lo más alto;
estando debajo una capilla con la capacidad de acoger al Santísimo Sacramento y
como indican sus principales accesos: un jardín con las capillas de los
misterios del Rosario (no actualizado, porque San Juan Pablo II añadió uno
más); un vía crucis entorno a Betania, que comienza en el Huerto de los Olivos
y va mostrando cómo lo vivió Jesucristo; y la puerta que presiden, por un lado,
San Pedro y San Pablo, y la Virgen de los Reyes. Y también lo confirman los
diversos enterramientos (no sólo del cardenal Segura y familiares, sino de
quienes colaboraron en su construcción y aportan en el presente para para su
mantenimiento), que tiene debajo. Este lugar es un recinto sagrado para la
espiritualidad, para la evangelización, la profundización de la fe, para el
encuentro con Cristo, como así lo vivimos los católicos que le damos vida.