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Foto de 11 de marzo de 2018 |
El
carácter básicamente religioso del Recinto Monumental al Sagrado Corazón de
Jesús es esencial para comprenderlo en su conjunto. Y es que, además, se hace
fundamental conocer que lo que hay a los pies de Jesucristo, en la torre, es un
sagrario, en la Capilla Votiva (es decir, para ceremonias especiales), teniendo
también una posición céntrica en el conjunto, que se ha usado y se usa en
múltiples ocasiones, y lo cual hace de este lugar un templo a cielo abierto, el
único de la provincia de Sevilla.
El
Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús fue construido por expreso deseo
del cardenal D. Pedro Segura y Sáenz, quien estuvo revisando la marcha de las
obras a diario, y las instalaciones fueron inauguradas oficialmente el 10 de
octubre de 1948, para acoger al peregrino, a toda aquella persona que quisiera
acercarse a Cristo, por la advocación a la que está consagrada España, y de la
que era muy devoto este cardenal: el Sagrado Corazón de Jesús.
El
Recinto Monumental al Sagrado Corazón de Jesús no es un mero mirador, no es un
lugar turístico o cultural, sino que es un templo a cielo abierto, como
demuestra que la imagen de Jesucristo, con los brazos abiertos, esté en el
centro y en lo más alto; estando debajo una capilla con la capacidad de acoger
al Santísimo Sacramento y como indican sus principales accesos: un jardín con
las capillas de los misterios del Rosario (no actualizado, porque San Juan
Pablo II añadió uno más); un vía crucis entorno a Betania, que comienza en el
Huerto de los Olivos y va mostrando cómo lo vivió Jesucristo; y la puerta que
presiden, por un lado, San Pedro y San Pablo, y la Virgen de los Reyes. Y
también lo confirman los diversos enterramientos (no sólo del cardenal Segura y
familiares, sino de quienes colaboraron en su construcción y aportan en el
presente para para su mantenimiento), que tiene debajo. Este lugar es un
recinto sagrado para la espiritualidad, para la evangelización, la
profundización de la fe, para el encuentro con Cristo, como así lo vivimos los
católicos que le damos vida.